Ruina Evanescente

​

JAVIER VANEGAS (Colombia)
FELIPE CAMILO (Brasil)
FERNANDO BUENO(Brasil)

 

 

Partimos de la premisa de que lo difícil hoy en día ya no es hacer imágenes sintéticas, sino todo lo contrario, de la imposibilidad que nos implica pasar un solo día de nuestra existencia sin crear una de ellas. A finales del siglo XX fueron varios los semiólogos y teóricos de la imagen quienes afirmaron cómo nosotros, produciríamos imágenes en un acto tan natural, mundano y cotidiano como cualquiera de nuestras funciones y acciones vitales.

La exposición Ruina Evanescente de los artistas Javier Vanegas, Fernando Bueno y Felipe Camilo nos ofrecen una aguda reflexión sobre el acto del hacer fotográfico en la era del aceleracionismo. En la actual sociedad del rendimiento pareciera que ya no hay cabida para detener la mirada y contemplar en tiempo real las imágenes que constituyen nuestra memoria, cuestionando a su vez la “superficialidad” que conforma el cuerpo matérico de la imagen fotográfica. Se entiende de antemano que toda fotografía implica un anacronismo, no obstante las tres obras que conforman esta muestra enfatizan y cuestionan la temporalidad e irrefutable desaparición de toda huella lumínica, aquello que todavía llamamos “fotografías”.

En la obra Tempus Fugit, Vanegas nos comparte su bitácora de viaje elaborada en los últimos doce años de trayectoria por diferentes cementerios del mundo. El registro fotográfico está conformado por doscientas capturas que reúne las imágenes desvanecidas que posan sobre las lapidas. Lo que evidenciamos en estos retratos ausentes sobre las tumbas es un comportamiento tautológico, ya que el mismo proceso de descomposición y desaparición está sucediendo en el retrato del referente y en el cadáver dentro del féretro. Las imágenes en sí se convierten en memento mori que nos recuerda, no solo el inevitable paso del tiempo, sino también la desaparición misma de cualquier referente. En dialogo paralelo encontramos la obra de Felipe Camilo quien a través de su proyecto Perecívelreflexiona sobre la idea de memoria urbana y el concepto de ruina latente en las construcciones arquitectónicas en la ciudad, este gesto evidencia la polarizada estratificación social que atañe a la población brasilera y que repercute en la imagen de memoria como vestigio. Esta visión se enfatiza por medio del proceso fotográfico de clorofila, revelando de imágenes fotosensibles sobre hojas de plantas naturales. La serie Memorias Vencidas del fotógrafo Fernando Bueno, creada en New York entre 2011 y 2013, parte de la recuperación de rollos vencidos y experimentaciones con varios tipos de cámaras, Olga 6x6, Nikon F3 35mm, Horizon, con lo cual el artista sobrepone distintas capas de imágenes y funde una sola pieza con varios estratos. Todos estos proyectos cuestionan la noción de resiliencia y temporalidad en la imagen fotográfica perenne, paradigma muy pertinente en una época donde priman las espectrales imágenes digitales.