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Crecimiento Generativo 

 

Camilo Sanchez Rozo , daniel Zeeland y Sergio Galvis 

Las piezas de los artistas Daniel Zeeland, Camilo Sánchez Rozo y Sergio Galvis, están en la búsqueda de la articulación entre lo natural como el “natum” lo nacido, es decir, de lo que habita en el mundo del “physicus” o la física, sobre la que los griegos decían que es todo aquello que nace, brota y crece sin, y a pesar de la intervención o intento de control humano; y lo que acontece con relación a la máquina entendida desde el artificio “artifex”, que requiere de la mano de un creador humano, como su aparente contrario etimológico. Una conversación que es visible con las materias y formas que se proponen en esta exposición.
En esta contradicción aparente, el estudio acerca del crecimiento generativo y autopoiético que encontramos en estas propuestas, se vuelve tangible la estrecha relación que para nuestro continente, y para nuestra especie en general, se tiene hoy en el construir y maquinizar operando bajo estructuras y señales que lo fito, lo animal y lo geológico. Está revisión a las otras entidades con las que compartimos la vida, además de servir como ejemplo a nuestras creaciones, nos brindan en la coexistencia la consciencia de que la intervención de los cuerpos y las acciones humanas al mismo tiempo, han llegado al diseño y contención de los ambientes y hábitats con los que por miles de años han entrado en contacto, transformándolas casi en absoluto.
En nuestra contemporaneidad, frente al reto del señalado antropoceno como condición de explotación del entorno y de los otros, se puede señalar la responsabilidad afectiva que tenemos en diseñar los nuevos caminos de aprendizaje y conexión con el entorno, no sólo como lugar de estudio e investigación, sino también, como lugar de transformación de lógicas que hemos venido aplicando en los últimos dos siglos, y que han demostrado que la condición de la vida se soporta sólo si la conectividad con otros seres y con un ambiente, dialoga sin escalas de consumo que excedan la condición de la supervivencia de un común.
El cambio de este paradigma, implica transformar imaginarios colectivos que parecen pétreos anquilosados y “naturalizados", resignificando el hacer tecnológico, como un lugar de la estética que sea sensible con el entorno, no sólo con las ganancias económicas. Siendo seres ontológicamente técnicos (parafraseando a Heidegger), la tecnología es la herramienta que nos puede permitir enfrentarnos, responsable, creativa y conscientemente a la crisis en la que la propia humanidad ha puesto hoy a nuestro planeta. Estos artistas, consciente e intuitivamente, lo ponen frente a nosotros.

Diego Aguilar
Profesor Universidad Nacional de Colombia 

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Artes visuales

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