ATRACTORES EXTRAÑOS 

      Julia Bejarano - Leonel Vásquez - Mauricio Bejarano -                                     Curaduría: Ricardo Toledo

 
¿Hay ciertas obras de arte ser Atractores extraños de fenómenos -cósmicos, ecológicos, vitales, existenciales- expresados ​​en sus formas y procesos?

Un Atractor Extraño es el modelo matemático de una forma límite del cambio al que tiende un sistema dinámico complejo cuando se aleja de su huella de origen. En tanto imagen, es una figura imposible de describir por la geometría euclidiana, no obstante, puede ser descrita con una fórmula fractal. La búsqueda de estos modelos para describir los fenómenos según principios y leyes es el motor vital de la ciencia, para hallar explicaciones que nos capacitan ser mejores habitantes del espacio y el tiempo, en simbiosis con entes, materias y criaturas de todas las capas posibles de la esfera terrestre. El concepto emerge de paradigmas recientes de las ciencias, para establecer leyes del cambio en sistemas de movimiento caótico como los cambios climáticos, los desplazamientos de las placas tectónicas, el sistema solar o las galaxias. Algo parecido puede definir la búsqueda de expresión para nuevas capas de la existencia, que persigue al artista en su taller o en los espacios de exhibición e intervención donde se activa su trabajo. Para el ejercicio curatorial de la presente muestra artística se reúnen obras de tres artistas auscultadores de las potencias vibrantes del mundo. Frente a las obras el término Atractores extraños es bastante sugerente en tanto su sentido estricto, suficientemente abarcante, extiende su valor explicativo a múltiples fenómenos y alcanza a dialogar con usos expresivos. Para el ejercicio curatorial de la presente muestra artística se reúnen obras de tres artistas auscultadores de las potencias vibrantes del mundo. Frente a las obras el término Atractores extraños es bastante sugerente en tanto su sentido estricto, suficientemente abarcante, extiende su valor explicativo a múltiples fenómenos y alcanza a dialogar con usos expresivos. Para el ejercicio curatorial de la presente muestra artística se reúnen obras de tres artistas auscultadores de las potencias vibrantes del mundo. Frente a las obras el término Atractores extraños es bastante sugerente en tanto su sentido estricto, suficientemente abarcante, extiende su valor explicativo a múltiples fenómenos y alcanza a dialogar con usos expresivos. 

La puesta en espacio conjunta de las obras de Julia Bejarano, Leonel Vásquez y Mauricio Bejarano sugiere que algunas maneras de proceder del arte pueden ser atractores extraños de fenómenos como el palpitar de la vida alterado por el resonar las emociones, los tránsitos vitales de las especies en migración interferidos por los afanes e intereses humanos, o el esfuerzo de los constructores del mundo que levantan los materiales en tensión con la atracción terrestre. Con el grupo de obras se encuentran en el espacio formas, materiales y materias sonoras (actuales y virtuales) que reclaman expresión desde el resonar de la forja, las leyes de crecimiento de artefactos, caparazones y organismos, los llamados de las ballenas en su largo tránsito territorial, y también la reducción de superficies de registro, memoria y reproducción de acontecimientos sonoros y musicales a su origen de partículas. Atractores extraños se propone como apuesta de presencia conjunta de tres artistas que despliegan modos de acción afectados por vectores como la vibración, el sonido y la tensión, en relaciones singulares con el esfuerzo existencial de conjurar el misterio del tiempo.

Julia Nanda Bejarano López.
Durante un amplio periodo de tiempo la artista ha merodeado las presencias sonoras que viven en los objetos de nuestra existencia. Una gama de su investigación ha traído a la expresión vestigios y tácticas desarrolladas en la vida y el arte, para reconocer y dar cuenta del mundo. La artista presenta en Atractores Extraños tres series de trabajos: Entretierras, Instalación Sonora de 2018 que agrupa la sutil pronunciación de los nombres de ríos de Colombia. La solución espacial que hace aparecer los ríos se basa en el principio poético, manifiesto por ella, de que “Escuchar un río es como escucharlos a todos porque de una u otra forma están conectados”, es así como en una atarraya suspendida parece exhibirse el tesoro de un afortunado pescador de sonidos a quien se manifiesta las secretas conexiones de las aguas. En la Instalación Sonora de 2020 Campana recortada -nombre extraído de la noción de Pierre Schaeffer- aprovecha las sugerencias formales de un conjunto de moldes de madera para traducir a la vista la desnaturalización de los sonidos por obra de la técnica, posibilitada por el hecho de que puedan fijarse en soportes materiales. La artista define cada una de las piezas de la instalación como un "sonido sólido detenido". Fin de la tierra (fragmentos), de 2020 es una serie de gabinetes, objetos ensamblados, fotografías y piezas sonoras que despliegan una delicada exploración poética a partir de la antigua y persistente tentativa de escuchar el mar en las caracolas.

Leonel Vásquez.
A lo largo de su camino, Leonel Vásquez ha escudriñado con consistencia creciente en las manifestaciones del sonido. Muchas de sus obras se basan en la escucha atenta y profunda y buscan el develamiento de condiciones de sujeción y mediación (técnica, económica, política) que atraviesan a la experiencia sonora. El sonido para el artista es sustancia sutil que manifiesta a los pobladores de la tierra y las tensiones del mundo en marcha, por eso mismo la escucha es para él “ante todo un acto político”. Para Atractores extraños, Vásquez presenta un montaje instalado derivado de su visita intensa y rica en conexiones vitales a la región del golfo de Tribugá en el pacífico colombiano. Auscultar un territorio de alumbramientos, de 2019, es un montaje instalativo creado para "manifestar el soterrado impacto de la acción humana sobre el paisaje acuático que ha sido instrumentalizado". Por conjunción de tecnologías del arte audiovisual y sonoro, en complemento con otras aprendidas de los pescadores y las parteras del pacífico, emergen a la superficie de lo audible secretos refugiados en el fondo marino: la magia de los cantos de las yubartas en conflicto con los aturdidores ruidos de los motores de barcos camaroneros y otras tecnologías extractivistas que afectan la salud acústica de los mares, alterando los comportamientos de los animales. Con el derrotero de democratizar la escucha subacuática,

Mauricio Bejarano.
Investigador y creador en música concreta y arte sonoro, presenta tres series: Pulsos, de 2020 (homenaje al Poema sinfónico para 100 metrónomos, de György Ligeti), conjuntos de réplicas funcionales de metrónomos, determinados según sugerencias conjuntas del espacio y el ánimo. El tempo de cada aparato es determinado singularmente, para su participación a 'coro' con los otros, de tal manera que se mezclen como tejidos de pulsos en el espacio, produciendo una atmósfera sonora. Estela negra no. 1, de 2018, es un objeto instalativo que se compone de música transcrita en una cinta -con toda la apariencia de rollo de caja musical- que se mantiene suspendida y tensa por una roca amarrada a su borde inferior que a la vez roza gramófono ubicado en el suelo. La disociación de la experiencia sonora de la música, en sus representantes, lista para reproducir en aparatos, dirige al pensamiento y la sensibilidad al bagaje mecánico histórico acumulado para guardar sonidos valiosos, todo esto propone que el sentido de la pieza se produce cuando el visitante lograr activarlas en “escucha mental”. Granulometrías, 2020 es una serie de cajas sonoras con carácter de "pequeñas orquestas" singulares, extendidas tanto tiempo como el impulso de su cuerda y amplificadas tanto como tengan aptitud sus cuernos sonoros. El diálogo de las cajas entre sí y de las cajas con el escucha, permiten intuir la presencia del tiempo en el existir, como extensión poblada de texturas sonoras. todo esto propone que el sentido de la pieza se produce cuando el visitante logra activarlas en “escucha mental”. Granulometrías, 2020 es una serie de cajas sonoras con carácter de "pequeñas orquestas" singulares, extendidas tanto tiempo como el impulso de su cuerda y amplificadas tanto como tengan aptitud sus cuernos sonoros. El diálogo de las cajas entre sí y de las cajas con el escucha, permiten intuir la presencia del tiempo en el existir, como extensión poblada de texturas sonoras. todo esto propone que el sentido de la pieza se produce cuando el visitante logra activarlas en “escucha mental”. Granulometrías, 2020 es una serie de cajas sonoras con carácter de "Permitir intuir la presencia del tiempo en el existir, como extensión poblada de texturas sonoras. Todo esto propone que el sentido de la pieza se produce cuando el visitante logra activarlas en“ escucha mental ”. Granulometrías, 2020 es una serie de cajas sonoras con carácter de" Permitir intuir la presencia del tiempo en el existir, como extensión poblada de texturas sonoras. todo esto propone que el sentido de la pieza se produce cuando el visitante logra activarlas en “escucha mental”. Granulometrías, 2020 es una serie de cajas sonoras con carácter de "2020 es una serie de cajas sonoras con carácter de" Permitir intuir la presencia del tiempo en el existir, como extensión poblada de texturas sonoras. Todo esto propone que el sentido de la pieza se produce cuando el visitante logra activarlas en “escucha mental”. Granulometrías, 2020 es una serie de cajas sonoras con carácter de "Permitir intuir la presencia del tiempo en el existir, como extensión poblada de texturas sonoras. Todo esto propone que el sentido de la pieza se produce cuando el visitante logra activarlas en“ escucha mental ”. Granulometrías, 2020 es una serie de cajas sonoras con carácter de" 2020 es una serie de cajas sonoras con carácter de "Permitir intuir la presencia del tiempo en el existir, como extensión poblada de texturas sonoras. Todo esto propone que el sentido de la pieza se produce cuando el visitante logra activarlas en “escucha mental”. Granulometrías,